Pan de Centeno Estilo Escandinavo

Hacer el cambio hacia una dieta que incluya más cereales integrales es un enorme paso hacia una dieta óptima y natural. Los beneficios, son enormes y van desde en buen funcionamiento del aparato digestivo hasta la prevención de enfermedades cardíacas (Más al respecto próximamente).

El pan es una excelente opción para incorporar cereales integrales en nuestra dieta. Desafortunadamente, mucha gente de nuestra generación ni siquiera conoce lo que es un buen pan. Acostumbramos comprar en el supermercado almidón cocido en forma de pan, cargado de saborizantes, texturizantes, aglutinantes y preservativos químicos sin ningún valor nutritivo a detrimento de nuestra salud.

Aunque es posible encontrar excelente pan integral en una buena panadería, yo prefiero preparar el mío propio fresco en casa. Puedo hacer el estilo que se me antoje y hay recetas muy sencillas que con gusto iré compartiendo en el futuro. Una vez que hemos encontrado unas buenas recetas y adquirido un poco de experiencia todo el proceso de vuelve rápido y sencillo.

Cuando ya hemos adquirido el hábito el hornear nuestro propio pan, el siguiente paso hacia una óptima nutrición es moler el grano entero. Existe una enorme diferencia entre harina comprada en el super y la molida en casa, en términos de sabor, nutrición y conveniencia. Adquirir un pequeño molino o mejor aún, una licuadora de alta potencia es un gasto grande pero a la larga ahorra dinero y nos da la flexibilidad de experimentar con diferentes tipos de harinas exóticas que de otro modo serían caras y difíciles de encontrar. Más acerca de moler cereales en casa en esta liga.

Debo confesar mi obsesión con la panadería escandinava. Harinas integrales y semillas son rutinariamente añadidas a la masa y los panes resultantes, lejos de quedar secos y pesados, tienen una extraña ligereza y una consistencia perfecta, suaves y húmedos en el centro con una costra dura, efecto que se logra gracias a la adición de líquido extra a la masa.


Lo que se necesita

15 gramos de levadura fresca, o substituye por gramos de levadura seca activa

125 mililitros de agua tibia

125 mililitros de aceite de semilla de uva, o substituye por aceite de cártamo

25 mililitros de miel de maguey (agave)

1/4 cucharadita de sal marina

100 gramos de harina de centeno, de preferencia molida en casa

100 gramos de harina común

molde para barra de pan de 30 cm de largo

 

Como se hace

En un tazón grande, disuelve la miel de maguey y la levadura en el agua tibia. Déja la mezcla reposar por 5 minutos.

Agrega el resto de los ingredientes y amasa a mano por 5 minutos. La consistencia debe ser bastante húmeda y un poco chiclosa.

Tapa el tazón con un paño húmedo y déjalo reposar en un lugar tibio hasta que la masa haya doblado su tamaño, dependiendo de la levadura y la temperatura, aproximadamente media hora. En este punto, golpea la masa para sacarle el aire y distribuyela en el molde previamente engrasado y enharinado. Cubre el molde con el paño y déjalo reposando durante otros 20 minutos para la segunda levitación.

Precalienta el horno a 180° centígrados. Retira el paño y pon el molde a cocer en la parrilla del centro durante 50 minutos.

Saca el pan del horno y déjalo enfriar completamente antes de cortarlo.

NOTA: Este pan conserva su frescura por varios días si se mantiene bien envuelto en película plástica para alimentos. Yo preparo el doble de la receta para tener pan hecho en casa por más días y ahorrar energía eléctrica, y también aprovecho el horno caliente para hacer mis galletas de avena integral favoritas. Puedes encontrar la receta en este blog próximamente.

 

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